Algunas mitologías muy antiguas de la India, Afganistán, Persia, Pamir y el Tíbet, extrañamente, ya nombraban a este enigmático personaje hace 7 u 8 mil años., y tomarían realismo en el siglo XII, con la aparición en Germania de un caballero que se desempeña en la corte inglesa del rey Arctor. Aparentemente, Parsifal sería ingresado en la Orden de los Caballeros Templarios. Esta orden hermética tendría a su cargo la custodia de los elementos sagrados que rodearon a Cristo.
Según el poema de Escenbach, fue asignado como custodio del Grial y el Bastón de Mando, y viaja a las tierras de Argentum para depositar estos elementos en el cerro sagrado de Viarava (Uritorco – Córdoba). Esta obra, a manera de ‘canto’ sirvió, además, de base inspirativa a Wagner para la creación de su ópera ‘Parsifal’’, y en la composición se encuentran algunos versos por demás interesantes para dilucidar este enigma:
“En qué lejana cordillera podrá encontrar a la escondida ‘Piedra de la sabiduría ancestral’ que mencionan los versos de los veinte ancianos, de la isla Blanca y de la estrella Polar. Sobre la montaña del Sol con su triángulo de luz surge la presencia negra del Bastón Austral, en la Armónica antigua que en el sur está. Sólo Parsifal, el ángel, por los mares irá con los tres caballeros del número impar, en la Nave Sagrada y con el Vaso del Santo Grial, por el Atlántico Océano un largo viaje realizará hasta las puertas secretas de un silencioso país que Argentum se llama y siempre será”.
En el siglo XII nadie había escuchado hablar de las tierras americanas y menos de Argentum (Argentina), además de saber su localización “cruzando el Océano Atlántico”.
Se dice que el Santo Grial fue el recipiente en el cual se recogió la sangre de Cristo en el momento que fue herido por el soldado romano Longino con su lanza. La historia prosperó y gran cantidad de relatos y acontecimientos rodearon a este mítico elemento. A lo largo de la historia buscaron por todo el globo, para encontrar y poseer esta supuesta reliquia. Lo cierto es que uno de los más famosos guardianes conocidos a través de estos poemas épicos es Parsifal. Los relatos hablan que tenía otra obsesión: El rescate y resguardo de otra pieza, al parecer se trataría de un bastón mágico conocido entre las sociedades secretas como ‘Piedra de la Sabiduría’, ‘El bastón de Mando’ o ‘Piedra que Habla”.
En 1830, un ambicioso jefe Araucano, que conocía las leyendas del bastón, encabezó búsquedas por las sierras de la Ventana, Tandil, Balcarce, Pillahuincó, San Luis y Córdoba. El jefe araucano Calfucurá sabía que quien poseyera el bastón dominaría el mundo. Quien revise cuidadosamente las tradiciones y relatos de los Comechingones (la tribu que dominó extensas regiones del norte y centro de la Argentina), encontrará relatos que hablan de “la llegada de un hombre blanco y barbado que, proveniente de tierras lejanas, habría muerto en la Montaña Sagrada y que se habría convertido en el eterno guardián de la Piedra de la Sabiduría”.
Como si se tratase de un elegido, una persona de nombre Orfelio Ulises, en 1934, encontró el preciado bastón, evitando que cayera en manos de Hítler, quien ya poseía la famosa lanza de Longino. No por casualidad la mítica piedra llegó a sus manos, Ulises habría permanecido durante 8 años en el Tíbet, en donde fue adentrado e iniciado en los conocimientos esotéricos.
Al parecer, Orfelio, a su regreso del Himalaya, excavando al pie del cerro Uritorco, en Capilla del Monte, Córdoba, se encontró con este maravilloso bastón negro de basalto pulido. Aquella pieza, según dijo, se trataría de la mitológica pieza y muchos maestros herméticos que habrían llegado hasta ésta, supuestamente, comprobaron su legitimidad. La pieza permanece desde la muerte de Ulises en celosa custodia de una sociedad hermética iniciática de Argentina.
En 1948, el arqueólogo alemán Jorge Von Hauenschild, estudioso de la tradición del Grial y el Bastón de Mando, examinó meticulosamente la pieza concluyendo que: “El pulido es característico del período neolítico, por lo cual se calcula su antigüedad en 8.000 años AC. Tiene una longitud de 1,10 m., está trabajado de forma cónica, con 4 centímetros en su parte más ancha en la base.
Lo cierto es que los poderes adjudicados no han cambiado los designios de las tierras del Sur y, hasta el momento, quienes parecen reclamarlo, a pesar de ocupar espacios de poder, nada se asemejan a ‘maestros iluminados’ o ‘redentores de la raza’…
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